Predator: La presa
La presente película me pilló con el pie cambiado. Pues tras The Predator 2018 pensaba que se habían congelado los proyectos de la saga Depredador. De repente, me topé hace no mucho con el tráiler de Predator: La presa, y para mi sorpresa, no solo se iba a estrenar poco después de aquel avance, sino que además iba a hacerlo directamente en Disney+, con lo cual podría verla cuando quisiera. Y así ha sido, y de ella es de la que os hablo aquí, tras una breve sinopsis, como es habitual.
Naru (interpretada por Amber Midthunder) es una joven comanche que vive en las Grandes Llanuras en la época de 1719. Aunque en su tribu está estipulado que tiene que adoptar el rol de curandera igual que el resto de mujeres, tiene una fuerte vocación de cazadora y de hecho es una gran rastreadora. Su hermano, Taabe (Dakota Beavers), cree bastante en ella pero sigue sujeto a las leyes de la tribu y no suele responder por ella. Todo esto podría cambiar cuando un experimentado y armado enemigo extraterrestre llegue a sus tierras. Es entonces cuando Naru demostrará que es más capaz que el resto de cazadores.
Su apartado visual es soberbio. Hace gala de un gran diseño de producción en el cual destaca el diseño de Predator para esta ocasión. Al margen de esto también consta de un gran vestuario, maquillaje y unos escenarios magníficos que ayudan sobremanera a la ambientación. Aunque la banda sonora es buena, no llega al nivel tan bueno de otras entregas. Y eso que el tema central de Sarah Schachner es increíble, pero al resto de las piezas igual les falta un poco más de fuerza.
Aunque el elenco es numeroso, algunos actores y actrices tienen papeles poco más que anecdóticos. Pero es indudable que Amber Midthunder es más que suficiente para llevar el peso interpretativo, a la vez que es imposible no sentirse partícipe de su cruzada. La dirección corre a cargo de Dan Trachtenberg y el guion también por él mismo ayudado por Patrick Aison, los cuales nos brindan una buena historia de este cazador alienígena.
Otra cosa no sé, pero Prey (como se llama la película en EEUU) funciona de manera estupenda con una trama bastante sencilla. Esto retrotrae de alguna manera a la primera entrega de la saga, aunque claramente la ambientación es otra y esto como poco es novedoso e interesante en principio. No en vano, también tiene conexiones con otras entrega, pues resuelve cierto misterio de Predator 2…aunque este ya hubiera sido resuelto en algunos cómics del personaje. Si tuviera que sacarle alguna pega (al menos solo una), es que se ha fijado demasiado en la entrega que más funcionó según el público mayoritario, en la original. Bajo mi punto de vista todas las cintas de Depredador son entretenidas (crossovers aparte), cada una con su enfoque por diferente que sea. Por ello, volver a uno en concreto quizás sea menos original de lo que pueda parecer.
En cualquier caso, Predator: La presa es una genial entrega de esta saga que ya creía un poco paralizada y me ha parecido una grata sorpresa en muchos sentidos. Sinceramente espero más entregas si tienen un nivel parecido, al menos en cuanto ambientación y diseño de producción. Dicho esto, seguramente la vuelva a ver en breves, pues a mano la tengo y me lo paso pipa.
Si ellos no lo ven, demuéstraselo.