Asteroid City
Wes Anderson es de esos directores que han creado un mundo dentro de su filmografía. En ella, la realidad tiene ritmo de dibujo animado, los colores están tan definidos como la simetría de cada cuadro y las historias son unos laberintos llenos de personajes que se pierden dentro de sus excentricidades.
Dentro de este universo destacan Los Tenenbaums (2001), Moonrise Kingdom (2012), El Gran Hotel Budapest (2014) y las animadas Fantástico Sr. Fox (2009) e Isla de Perros (2018). Asteroid City repite la fórmula del cine de Anderson y presenta una narración con matices de comedia de cine mudo. El título hace referencia a la ciudad ficticia donde se desarrolla la trama, que además nace de la imaginación de un dramaturgo dentro de la película (Edward Norton, regular en las cintas de Anderson). En esta ciudad acartonada y que tiene apariencia de tablero de juego de mesa, se congregan un grupo de jóvenes fanáticos de la ciencia y lo aeroespacial. La ciudad recibe su nombre porque ahí cayó un asteroide y ahora es un lugar de estudios espaciales.
El guion de Anderson revela tramas dentro de tramas, la historia principal está enmarcada dentro de una obra teatral, la frontera entre arte y realidad se cae detrás de puertas traseras y escenarios de madera. Un narrador (acartonado Bryan Cranston) va contando los antecedentes de cada escena las cuales están separadas por capítulos.
El problema de Asteroid City es que todo lo que vamos viendo, aunque estéticamente logrado, carece de frescura y pareciera un capítulo más de una serie conocida con los mismos personajes. A diferencia de los títulos mencionados antes, esta película tiene un guion menos consistente y por momentos, disforzado. Anderson ha sucumbido ante Anderson y ni el brillante reparto de actores que lo acompañan (Tom Hanks y Scarlett Johansson entre ellos) lo puede salvar de cierto tedio en esta oportunidad.
A pesar de eso, Asteroid City es una cinta entretenida dentro de sus enredos, que privilegia lo visual sobre la construcción de personajes (atrás quedaron roles brillantes como Royal Tenenbaum, Steve Zissou o M. Gustave) y que guarda la inocencia tan característica del cine de Wes Anderson, un director con voz propia dentro del Hollywood actual.