La sirenita
Vivimos tiempos convulsos donde la industria está en huelga, donde si te acusan de abuso te quedas sin trabajo, donde te cancelan películas sin haberse estrenado, incluso donde te atacan por el color de tu piel. La sirenita o “The Little Mermaid” casi no ve la luz, desde que aparecieron las primeras noticias del rodaje, las fotos y luego el tráiler todo indicaba un boicot mundial. Afortunadamente ya la hemos visto y la inquina personal fue completamente exagerada.
Ariel, la más joven de las hijas del Rey Tritón y la más desafiante, desea saber más sobre el mundo más allá del mar y, mientras visita la superficie, se enamora del apuesto príncipe Eric. Si bien las sirenas tienen prohibido interactuar con los humanos, Ariel debe seguir su corazón. Así, hace un trato con la malvada bruja del mar, Úrsula, que le da la oportunidad de experimentar la vida en la tierra, lo que pone en peligro su vida y la corona de su padre.
Otra versión del cuento de Hans Christian Andersen que nadie pidió, otro live action de Disney que nadie necesitaba, sin embargo el resultado es más feliz que otras propuestas del género. Que escogieran a Rob Marshall para esta proeza fue inteligente, el director se ha movido en el musical (“Chicago”, “Nine”, “Into the Woods”) y la aventura (“Memorias de una geisha”, “Piratas del Caribe: En mareas misteriosas”) y por tanto esta Sirenita es una mezcla de ambos mundos.
Si analizamos las últimas 5 propuestas en acción real del estudio: “Peter y el dragón”, “Christopher Robin”, “Aladdin”, “Pinocho” y “Peter Pan & Wendy”, realmente lo que consigue Marshall es de aplaudir. Para disfrutar de esta versión lo primero es desprenderse de la obra de 1989 porque como suele ocurrir en todos estos materiales, se puede ser fiel o simplemente tomarse libertades creativas. Hay escenas muy similares y otras que no lo son tanto.
Todos crecimos con Ariel, todos cantamos Bajo del mar, pero nuestra infancia ni se pierde ni se pisotea simplemente porque ahora esta película no explote los mismos elementos. Si la protagonista no es blanca ni tiene pelo rojo, ¿qué tiene de malo?, si Sebastián y Flonder parecen mayores, ¿cuál es el problema? Más allá de la inclusión que será forzada o no en dependencia del nivel de razonamiento de los espectadores, lo que sepultó a la película fue la campaña de la misma industria y por supuesto del público, claro, Ariel no es blanca y rubia como la “Barbie” de Margot Robbie.
Los efectos visuales, -que además son complejos porque gran parte de la historia transcurre en el agua- no los veo tampoco que sean deplorables, el responsable de “El regreso de Mary Poppins”, construye una fábula visual y sonora acorde al mismo producto. Detrás de partituras tenemos a Alan Menken y Lin-Manuel Miranda, el primero es el compositor de la de “La bella y la bestia”, “Aladino” y “Pocahontas”, el segundo le añade una sonoridad latina que se ajusta de manera novedosa. En este sentido se suman 4 temas nuevos y se eliminan Les Poissons y Las hijas de Tritón.
Halle Bailey funciona, actúa, canta, era lo único importante en el proceso de casting y es vergonzoso que todos no sean capaces de verlo. No esperaba el Eric de Jonah Hauer-King, le da un realismo y energía a su personaje que no es usual para un príncipe secundario, además que la química con Bailey traspasa la pantalla. Javier Bardem como Tritón no es que lo celebremos, cae bien en Hollywood y por ello aparece con frecuencia. Melissa McCarthy es una actriz todo terreno, ciertamente su vis cómica natural la ayuda mucho a meterse en la piel de Úrsula, como villana le da ese tono humorístico donde se luce una vez más. Daveed Diggs, Jacob Tremblay y Awkwafina me resultan simpáticos en algunas secuencias.
Aquellos que busquen en La Sirenita de Rob Marshall la magia, la emoción y el encanto de la original, es lógico que salgan rasgándose las vestiduras, pero si te acercas simplemente sabiendo que es un remake adulto es probable que no la pases tan mal.